miércoles, 10 de abril de 2013

CARTA ABIERTA AL SR.NÚÑEZ FEIJÓO.





El Excmo. Sr. D. Alberto Nuñez Feijóo (BIOGRAFÍA)



              Sr. Núñez Feijóo:


                         La Historia y su historia personal le situan a usted actualmente en un atalaya fenomenal, como uno de esos cientos de Castros diseminados por nuestra geografía gallega, para corregir errores en nuestra política, no sólo gallega, si no también nacional.

                         Yo le animo a usted a decir en el Parlamento Gallego: Si, fuí amigo del Sr. Dorado y ¿qué?


                     Hasta ahí podríamos llegar: que uno tuviera que juzgar, según el código penal o civil, a los cientos de amigos que se cruzan en su camino a lo largo de la vida. O ¿es que un político tiene que ser un dios y no hombres normales con una profesión de servicio público? La maldita frase: "la mujer del César debe, además de ser honrada, parecerlo" es una grave rémora que viene reprimiendo relaciones y sentimientos a las distintas autoridades y personas desde hace muchos siglos, profundizando en actitudes hipócritas. Ya es hora de que avancemos para una mayor felicidad de nuestra sociedad, de cada uno de nosotros. Olvidemos el "qué dirán".


                      Porque grave es que uno sea corrupto y/o traficante de droga, etc. y para lo que los tribunales deben aplicar  sin misericordia alguna todo el peso de la Ley porque somos hombres, no Dios. La Ley humana corrige actitudes torcidas que perjudican a miembros de la colectividad como, por ejemplo, a los pobres drogadictos, estos sí, sentenciados en la desgracia e infortunio para toda su vida; incluso precipitándoles la muerte, cuyos detalles ya todos conocemos: sobredosis, sida, etc. También infortunio para sus entornos cercanos, infortunio que viví muy de cerca con cantidad de queridos amigos e incluso un familiar muy próximo; nací en 1956 y esa generación no sabía, no teniamos información alguna, no como las actuales. Pienso ciértamente que es lastimoso y muy punible este deshonroso negocio.


                     Pero, seamos sinceros, quién le pregunta a sus amigos en qué trabajan, cómo se ganan la vida, quién pide a los amigos su "curriculum vitae". Yo mismo tuve a mis 26 años mucha relación con un determinado empresario que yo suponía que vivía de sus negocios, pero desagradablemente era también narcotraficante; fué detenido, juzgado y condenado y pagó con la cárcel. Le tenía mucho aprecio que perdí en el momento de enterarme de qué manera ganaba también su dinero. ¿Quién sabe si ese muy querido familiar cercano, que murió victima de la droga, lo fué por su diabólico negocio?

                      Aún asi, no me arrepiento de haberle conocido; es una persona a la que me unía, siempre antes de saber la verdad, una sincera amistad por mi parte.

                      Por tanto, Sr. Feijóo, le animo a plantarse ante el atril de parlamento y decir esa afirmación que apuntaba antes. Cualquier hombre de bien comprenderá, apreciará su gesto; cómo dice Jesucristo: ¿Quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra? O, ¿és que sus señorías gallegas y españolas no han vivido su juventud? ¡Dios mío!...qué lejos estamos de las democracias nórdicas; cuánto tenemos que aprender de ellas. 

                      Sin ir más lejos, en el propio edificio de la Xunta de Pontevedra -dónde trabajo como técnico de Concentración Parcelaria-, me costó verdadero esfuerzo tomar café con compañeros de las distintas opciones políticas, cuando el intercambio de ideas es fundamentalmente enriquecedor. Yo, desde luego, en  mi sitio de trabajo procuro tener buena relación con todos mis compañeros de cualquier posición al margen de su opción política y parece que todos sentimos lo mismo, porque hay un buen y cariñoso ambiente. Durante el café, sinceramente creo que lo estoy consiguiendo porque, estando tomandolo  con gente de una determinada opción, ya los de otras opciones no me malinterpretan. Las más de las veces en el momento de tomar el café, bajo sólo y me siento con quién me apetezca o me reciba amigablemente, o si no me coloco sólo en la barra y charlo animadamentee con quién tengo al lado. Son veinte épicos minutos diarios; la mañana continua brillante generalmente. Etc., etc., etc. La clasificaciones de las personas por sus ideologías, denota un sectarismo propia de los países bananeros, desde luego.

                         Vuelvo al tema: me estoy  desparramando...

                        Sinceramente, Sr. Feijóo, yo creo que  sienta un mal precedente con UNA DISCULPA POR UNA AMISTAD DETERMINADA DE SU VIDA PASADA; la vida es como es y nadie conoce sus futuros derroteros o destino. O ¿es qué los políticos no tienen vida anterior a su correspondiente cargo? ¿es qué no tienen derecho a equivocarse? ¿cuándo usted estudiaba Derecho en Santiago de Compostela -por cierto también debería de pedir disculpas por haber sido entonces compañero del Sr. Blanco, actualmente encausado o, no sé, pendiente de serlo ¿no?: absurdo- ¿sabía usted que iba a ser Titular de la Xunta de Galicia y entonces, por lo tanto, ni tomaba vinos, ni demás, ni ligaba siquiera y medía sus relaciones?

                         "Estamos saliéndonos de madre": hoy, sin ir más lejos, comí junto a diez personas dos espléndidos pollos de corral. Seis de ellas eran muy amigos míos y a las otras cuatro ni siquiera les conocía; por supuesto previamente ni se me ocurrió preguntar quienes íbamos a comer, ciertamente tampoco me importaba sus correspondientes ideologías. En mitad de la comida un inteligente íntimo amigo y yo entablamos un breve diálogo -de ahí este post-, de tú a tú, sobre el tema de esta carta; al final le dije desenfadadamente: "¡Joder! y, si a alguien se le ocurre ahora sacar una máquina de fotos...tododios se mete debajo de la mesa".

                          Hasta este extremo de histeria colectiva hemos llegado, Sr. Nuñez Feijóo. ¡Qué barbaridad!

                           Con la famosa foto del Sr. Quintana en la última campaña electoral, más de lo  mismo, sólo que la oportunidad era otra y además se trataba de un dignísimo empresario [¿por qué avengonzarse de esa foto?]; decididamente, el Sr. Quintana no supo reaccionar bien -no tuvo reflejos- porque, de hacerlo de otra manera, incluso le hubiera podido sacar partido a la situación política generada por la referida foto.



Galego


Sr. Núñez Feijóo:

A Historia e a súa historia persoal lle situan a vostede actualmente nun atalaia fenomenal, como un deses centos de Castros diseminados pola nosa xeografía galega, para corrixir erros na nosa política, non só galega, se non tamén nacional.

Eu anímollo a dicir no Parlamento Galego: Se, fuí amigo do Sr. Dourado e que?

Ata aí poderiamos chegar: que un tivese que xulgar, segundo o código penal ou civil, os centos de amigos que se cruzan no seu camiño ao longo da vida. O é que un político ten que ser un deus e non homes normais cunha profesión de servizo público? A maldita frase: "a muller do César debe, ademais de ser honrada, parecelo é unha grave rémora que vén reprimindo relacións e sentimentos ás distintas autoridades e persoas dende hai moitos séculos, afondando en actitudes hipócritas. Xa é hora de que avancemos para unha maior felicidade da nosa sociedade, de cada un de nós. Esquezamos o "que dirán".

Porque grave é que un sexa corrupto e/ou traficante de droga, etc. e para o que os tribunais deben aplicar sen misericordia ningunha todo o peso da Lei porque somos homes, non Deus. A Lei humana corrixe actitudes torcidas que prexudican a membros da colectividade como, por exemplo, aos pobres drogadictos, estes si, sentenciados na desgracia e infortunio para toda a súa vida; mesmo precipitándolles a morte, cuxos detalles xa todos coñecemos: sobredose, sida, etc.También infortunio para os seus ámbitos próximos, infortunio que vivín moi de preto con cantidade de queridos amigos e mesmo un familiar moi próximo; nacín en 1956 e esa generacióon non sabía, non teniamos información dabondo, non como as actuais. Por isto penso que é penoso e moi punible este deshonroso negocio.

Pero, sexamos sinceros, quen lle pregunta aos seus amigos en que traballan, como se gañan a vida, quen pide aos amigos o seu "curriculum vitae". Eu mesmo tiven aos meus 26 anos moita relación cun determinado empresario que eu supoñía que vivía dos seus negocios, pero desagradablemente era tamén narcotraficante; fué detido, xulgado e condenado e pagou co cárcere. Tíñao moito aprecio que perdín no momento de decatarme de que xeito gañaba tamén o seu diñeiro. Quen sabe se ese moi querido familiar próximo, que morreu victima da droga, o fué polo seu diabólico negocio?


Aínda asi, non me arrepinto de telo coñecido; é unha persoa á que me unía, sempre antes de saber a verdade, unha sincera amizade pola miña banda.

Polo tanto, Sr. Feijóo, anímolle a plantarse ante o atril de parlamento e dicir esa afirmación que apuntaba antes. Calquera home de ben comprenderá, apreciará o seu xesto; como di Xesucristo: Quen estea libre de pecado, que tire a primeira pedra? O, és que as súas señorías galegas e españolas non viviron a súa xuventude. Deus mío!...qué lonxe estamos das democracias nórdicas; canto temos que aprender delas.

Sen ir máis lonxe, no propio edificio da Xunta de Pontevedra -onde traballo como técnico de Concentración Parceira-, custoume verdadeiro esforzo tomar café con compañeiros das distintas opcións políticas, cando o intercambio de ideas é fundamentalmente enriquecedor. Eu, dende logo, no meu sitio de traballo procuro ter boa relación con todos os meus compañeiros de calquera posición á marxe da súa opción política e parece que todos sentimos o mesmo, porque hai un bo e cariñoso ambiente. Durante o café, sinceiramente creo que o estou a conseguir porque estando a tomar café con xente dunha determinada opción, xa os doutras opcións non me malinterpretar. As máis das veces no momento de baixar ao café e síntome con quen me apeteza ou me reciba amigablemente, ou se non me coloco só na barra e charlo animadamente con quen teño ao lado. Son vinte épicos minutos diarios; a mañá continua brillante xeralmente. Etc., etc., etc. A clasificacións das persoas polas súas ideoloxías, denota un sectarismo propia dos países bananeiros, dende logo.


Volvo ao tema; estoume a esparexer...

Sinceramente, Sr. Feijóo, eu creo que  sinta un mal precedente UNHA DESCULPA POR UNHA AMIZADE DETERMINADA DA SÚA VIDA PASADA; a vida é como é e ninguén coñece os seus futuros rumbos ou destino. O é que os políticos non teñen vida anterior ao seu correspondente cargo? é que non teñen dereito a equivocarse? Cando vostede estudaba Dereito en Santiago de Compostela -por certo tamén debería de pedir desculpas por ser entón compañeiro do Sr. Blanco, actualmente procesado ou pendente de selo Non?: absurdo- sabía vostede que ía ser Titular da Xunta de Galicia e entón, polo tanto, nin tomaba viños, nin demais, nin ligaba sequera.

"Estamos saliéndosnos de nai": hoxe, sen ir máis lonxe, comín xunto con dez persoas dous espléndidos polos de curral. Seis eran moi amigos meus e aos outros catro nin sequera os coñecía; por suposto previamente nin se me ocorreu preguntar os que iamos comer. En metade da comida un intelixente íntimo amigo e eu entaboamos un breve diálogo de ti a ti sobre o tema desta carta; ao final díxenlle desenfadadamente: " Foder! e, se a alguén se lle ocorre agora sacar unha máquina de fotos, tododeus se mete debaixo da mesa".

Ata este extremo de histeria colectiva chegamos, Sr. Nuñez Feijóo.¡Qué barbaridade!

Coa famosa foto do Sr. Quintana na derradeira campaña electoral, máis do mesmo, só que a oportunidade era outra e non soubo reaccionar ben porque, de facelo doutro xeito, mesmo lle tivese podido sacar partido. Pero témome que xa se lle pasou o arroz.






             

                

1 comentario:

  1. Felicitaciones, SEÑOR Eduardo Catalan. Comparto ampliamente lo expresado en su Carta Abierta al señor Feijó. Uno no anda indagando en las miserias, o sombras de quienes se nos cruzan en el camino de la vida. Uno siempre da por hecho que el otro es una persona de bien. Y si esa persona tiene áreas de sombras, no es nuestra labor desenterrarlas porque para eso tendríamos que ser todos psicoanalistas. Sería bueno que el Sr. Feijó conociera el contenido de su carta. Para mí, el Sr. Feijó, sigue siendo la misma persona que me ha simpatizado desde el primer momento, y en nada esmerila su figura el tema de la dichosa foto.
    Dra. María de los Milagros Cascallar Casal

    ResponderEliminar