martes, 29 de julio de 2014

DÉJENME DORMIR...









           La fría traición de un enemigo, pues mire usted, a mi me da igual; como se suele decir es algo que entra en el sueldo. Pero ¡Ay, amigo! Líbrete Dios de ser traicionado por un ser querido; es algo dantesco, inenarrable y altamente tenebroso.

            La traición de un amigo es una pesada losa de la más áspera roca. Si estás  "escalando" alegremente, supone una bofetada tal que te devuelve inmediatamente a la "estación base", sumergiéndote allí en un profundo y reparador sueño del que se tarda en despertar  y del que desconoces la dirección que te llevará a tomar al final: si a la escalada de nuevo o a la bajada definitiva. Es difícil predecirlo. Sin duda es lo que produce el dolor más profundo de toda nuestra existencia. Con lo único que yo no contaba, ¡ qué rayos !

           Pues últimamente he sido traicionado dos veces. Una sin mayor transcendencia, aunque muy dolorosa e inesperada; la otra, inmensamente grande, enorme; tan grande que me obliga a replantearme hasta los ideales vitales y a refugiarme en silencio en mi interior, en mi Dios, en mi Cristo …

           ¿Qué haré al despertar? Bajo definitivamente o me replanteo volver a intentar el pico u otro pico distinto; ¿Quién sabe? Sólo Dios, cuándo, quizás años, y cómo despertaré de este sueño, de este taller.


           Dormiré confiado: mi Dios, mi Santa Madre María, mi Patria, mis Reyes, mi Reina… velarán mi sueño y cuidarán de mí en este percance en mi camino hacia Ítaca; me repararán esta vía de agua que me paraliza.

           Este vídeo complementa estas líneas y las dos fotos que siguen, la verdad es que, me motivan positivamente. 

















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