lunes, 7 de julio de 2014

"DE TODO CORAZÓN"


                                            






¿POR QUÉ LOS CATÓLICOS TENEMOS QUE ENTROMETERNOS  EN 
LA VIDA PRIVADA DE LAS PERSONAS, CONCRETAMENTE EN EL MATRIMONIO CIVIL DE LOS HOMOSEXUALES Y EN LAS ADOPCIONES? 


Realmente, me parece bien que a esa unión no se le otorgue el  carácter de Sacramento ya que este es de un ámbito eclesial y religioso, aunque tengo mis serias dudas. Pero si los Estados aconfesionales o laicos se dotan de leyes que permiten y consienten estos contratos civiles de convivencia e incluso la adopción de niños por parejas homosexuales. ¿Qué derecho tenemos los Católicos a cerrar a estas personas las puertas de nuestra Iglesia; desde luego, las de Cristo son imposible de cerrar; sería como intentar ponerle puertas al campo, a sea, como cerrar las puertas al AMOR con mayúsculas? y en todo caso, ¿Quién cierra realmente las puertas: la Iglesia o los homosexuales que con todas las consecuencias deciden casarse?


Homosexuales siempre los hubo; ahora, cómo suele decirse, los que pueden -por permitírselo sus países- "salen de armario" y se pueden realizar como personas; pueden vivir con Amor y criar a sus hijos también con Amor también


Curiosamente, los países con legislaciones más permisivas con los homosexuales son los más avanzados y, digamos..., democráticamente cultos. Luego, ¿qué impide a la Iglesia ayudar a aupar en nivel social y democrático a los países menos permisivos y desarrollados, en lugar de querer cercenar los logros que este importante colectivo de la población mundial –que nunca va a desaparecer- con mucho esfuerzo han ido logrando a lo largo del tiempo?


Se trata en todo caso de una cerrazón ideológica inamovible, impropia de verdaderos cristianos que, por legado más importante de LA PALABRA, tenemos el AMOR [1 Jn 4,12], indistintamente proyectado sobre todos los hombres. Hasta ahora, históricamente la Iglesia católica se ha puesto en contra de cualquier cambio social; también históricamente ha sido uno de los baluartes más difíciles de vencer ["Con la Iglesia hemos dado, Sancho"].


Para poder ser creíbles hoy en día en todos los temas humanos que nos afectan, tenemos que ser elásticos, razonables y pragmáticos, en mi opinión. ¿Qué civilmente denominen las uniones contractuales los legisladores como quieran? ¡Qué más da! Tenemos que estar por encima de esto. Nosotros no estamos para presionar a los políticos en base a nuestra supuesta potencia democrática, en base a que legisle o gobiernen de una manera u otra. Estamos para ayudar con muchísimo Amor a buscar soluciones a las reales  y difíciles circunstancias  de la HUMANIDAD como son, según mi leal saber y entender, PAZ, PAN PARA TODOS, SANIDAD UNIVERSAL, TRABAJO UNIVERSAL, EDUCACIÓN Y POR TANTO ACCESO UNIVERSAL A LA CULTURA, ETC.


Para lograr todo esto no queda más remedio que dar ejemplo de AMOR por doquier. Y ahora mismo el activo más importante que tiene la Iglesia en este aspecto son las mujeres voluntarias en las distintas acciones sociales: Cáritas, etc.; los hombres desgraciadamente en estos menesteres somos minoría. Sin embargo los hombres, al igual que en los Siglos de las Edades Históricas pasadas somos los que nos llevamos las medallas. La Iglesia si quiere tener credibilidad, más que acertar con sus líderes, deben de acertar sus líderes en adelantarse a los cambios que por fuerza tienen que venir. Creo yo que para nada quiere la SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA que su Divino Rol afecte a las evoluciones sociales y a la obligada adaptación de la Iglesia a ellas; la Devoción que le tenemos y Adoración que le debemos con la limitación de la plena incorporación de la mujer a las labores sacerdotales con todo lo que ello lleva implícito; es más, estoy seguro que Ella las bendeciría, ya que un SANTA MADRE como es Ella Ama tanto a sus hijos como a sus hijas y siempre desborda AMOR, sólo AMOR; si el machismo reinante hace siglos obligó a la mujer a ocupar secundarios papeles, hoy en día no tiene ningún sentido limitarles ya que, como todos sabemos, en muchísimos aspectos: humildad, sutileza, inteligencia, capacidad de Amor y de entrega, etc…nos dan sopas con ondas.



Por todo esto y mucho más, yo como católico que soy, quizás un poco atrevido, por una vez en la Historia, si yo pudiera, adelantaría los pasos de Nuestra Iglesia a los acontecimientos que socialmente están sucediendo y que no van a pararse porque los Doctores Eclesiásticos más “carcas” [con cervantino perdón] nos presionen constantemente a tomar posturas en las que nadie cree; dejemos en Paz a los homosexuales, gays o lesbianas –sólo se vive una vez; de todos es sabido- y apoyémosles a ultranza para que sean felices; abrámosles generosamente las Puertas de Cristo, para que eduquen cristianamente a sus hijos y éstos puedan recibir  sinceramente  los Sacramentos: Bautismo, etc.­­­­ Y que todos juntos vivamos en Armonía y Paz.



La Contracepción es uno de los ejemplos más gráficos: nadie entiende que no estén bien vista por la Iglesia, dada su eficacia en prevención de embarazos no deseados así como de las enfermedades venéreas y el SIDA. Se tiene que llegar al Aborto cero y para ello es preciso facilitar y divulgar aquellos métodos. Desde luego privar de la vida a un feto es algo degradante para la Humanidad, pero para ello es imprescindible desmitificar el sexo desde la más tierna infancia; dejar actuar libre de complejos psicológicos a la naturaleza con sus hormonas y que el sexo se convierta en lo que debe de ser, no un  juego peligroso, sino en una parte importante de la sana realización de cada personas.
















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